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Presentación del libro “Una beca para toda la vida”

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El pasado 30 de setiembre se realizó la presentación del libro “Una beca para toda la vida”. Evaluación de impacto cuantitativo de las becas de Fundación Chamangá en el marco del aniversario de los 20 años de vida.

Estuvieron como panelistas el autor del Libro:
– Marcelo Perera (Doctor en Economía por la Universidad de Alcalá y Licenciado en Economía por la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración de la Universidad de la República, Investigador Senior en el Centro de Investigaciones Económicas (CINVE) y en la Red Sudamericana de Economía Aplicada. Docente.
– Alina Machado Doctora en economía, docente e investigadora del IECON, UdelaR, integrante del grupo Desigualdad y Pobreza dedicada a temas de economía de la educación.
– Cecilia Zaffaroni (ex decana de Facultad de Ciencias Sociales y Comunicación, ex integrante de la Vicerrectoría del Medio Universitario y ex directora del Programa de Extensión de la Universidad Católica, Asistente social y docente)
– Rodrigo Arocena (ex rector de Universidad de la República, Matemático, Cientista social, docente y co Fundador de Chamangá)

Moderadores: Deivis Ospitales (becario Generación 2013-2014) y Valeria Aguilar (becaria Generación 2014-2015).

El Rector de la Universidad de la República Rodrigo Arim hizo la apertura del evento, dando la bienvenida a todos y todas los/las participantes al Paraninfo. Fueron casi un centenar de personas. Agradecemos la presencia del Director de la Dirección General de Desarrollo Rural (MGAP) Carlos Rayström, el Director de educación de la UTEC Amadeo Sosa, Decano de Facultad de Agronomía Ariel Castro,  al Director técnico del Instituto Nacional de Estadística Diego Boal, ex Ministro de Educación y Cultura Ricardo Ehrlich, representante del Fondo de Solidaridad Soledad Prats, Prorectora de investigación de UdelaR Cecilia Fernández, amigos/as, becarios/as, ex becarios/as, colaboradores, tutores/as, comisión se selección, consejo de administración, jurado y público en general. Agradecemos también a muchos amigos/as y autoridades que, al no poder asistir, nos enviaron mensaje felicitando por trabajo como la vicepresidenta Beatriz Argimón, Ministro de Educación y Cultura Pablo da Silveira,  Subsecretaria del Ministerio de Educación y Cultura Ana Ribeiro, Director de Educación del MEC Gonzalo Baroni, Intendenta de Montevideo Carolina Cosse, Directora de Cultura de IMM Ma. Inés Obaldía, Directora de Desarrollo Social Mercedes Clara, Director del INJU Felipe Paullier, Presidenta del Sodre Adela Dubra, Representante de Uruguay del CAF Francois Borit, entre otros.

Para la Fundación es muy importante evaluar nuestras prácticas, y poder dar a conocer los resultados de esta tarea que silenciosamente se viene realizando a partir del esfuerzo de muchos/as.

Al finalizar los/las expositores quedaron disponibles a preguntas y comentarios, y surgió una ola de testimonios de ex becarios/as presentes en la sala, dando cuerpo a las exposiciones.

Compartimos algunos momentos de los/las expositores:

Rodrigo Arim: “rescato la importancia de este tipo de iniciativas como es la Fundación Chamangá ya que presupone un enfoque comunitario… y lo que hace es colaborar en un proceso de acompañamiento y de potenciación de las vocaciones y decisiones que toman muchos jóvenes en Uruguay. Es, por lo tanto, un momento para festejar esa iniciativa. En este momento, por supuesto, los principales responsables son las políticas públicas, pero también tenemos responsabilidades comunitarias para poder dar respuesta a un contexto que es claramente más adverso con nuestros jóvenes. Por lo tanto, termino agradeciendo que hayan elegido a la Universidad pública para hacer este evento”.

Marcelo Perera:“ Comenzaron a tomar una carrera para desarrollar una vocación, sin lugar a dudas es una de las decisiones más trascendentes que debe tomar una persona. Estado de contrapesar los costos y los beneficios de una lección que no está exenta de riesgos… Desarrollar una vocación no es una oportunidad al alcance de todos los jóvenes. Un hecho fortuito como una ser, un lugar de bajos recursos, disminuye las chances de que un joven se embarque en un proyecto de formación, independientemente de su talento, de su esfuerzo y del beneficio neto que esa decisión pueda reportarle a él y a la sociedad. Las ayudas económicas a jóvenes en situación de desventaja económica pueden cambiar esta realidad afectando sus decisiones de formación y equiparando las oportunidades de educación y la sociedad. El trabajo que estamos presentando hoy, muestra los resultados de una reciente investigación en la que analizamos el impacto de un programa de becas en Uruguay…..

La acción de Chamangá logra cambiar la suerte de los jóvenes beneficiarios, diríamos que tiene un impacto positivo. Algunos estudios muestran que las políticas de becas afectan la probabilidad de matriculación, estudios terciarios o universitarios y también pueden afectar el rendimiento académico de los beneficiarios. Existe menos investigación sobre los impactos de las ayudas a largo plazo, por ejemplo, en el acceso a un empleo de calidad o los ingresos laborales de los jóvenes beneficiarios. Por otro lado, la eficacia de cualquier programa o política concreta, también depende de su diseño, de su implementación, de las características de la población objetivo. Por lo tanto, al final del día el impacto de Chamangá o de cualquier política es una cuestión empírica. Hay que ir a los datos y verificar. Esto es lo que propusieron desde la Fundación”.

Alina Machado: “Desde el punto de vista del análisis económico, los logros educativos se han destacado desde distintas perspectivas. Se ha planteado por un lado su relevancia intrínseca, en el sentido de ampliar las libertades de las personas, esto es, su capacidad para elegir la vida que quieren vivir (esto lo planteaba Amartya Sen). Por otro lado, también tienen importancia instrumental, en el sentido de que los logros académicos determinan en gran medida las posibilidades laborales y de ingresos de las personas. Pero además, y particularmente cuando estudiamos algo que se vincula a nuestra vocación, deberíamos considerar el disfrute que nos genera el proceso de aprender, y también el disfrute posterior, en las actividades que realizamos. A esto se suma las menores tasas de desempleo, mejores condiciones laborales, mayores beneficios de los puestos de trabajo, e incluso, mayores posibilidades en el disfrute del tiempo libre.

Desde la economía se consideran los beneficios de la educación no solo desde una perspectiva individual. Los mayores logros educativos redundan en beneficios para la sociedad en su conjunto. Tanto por la mayor productividad de la población y sus derivaciones en el crecimiento económico, como por el efecto de contar con poblaciones más formadas, en mejores niveles de salud, sistemas democráticos fortalecidos con mejores niveles de discusión y democracias más robustas, mayores niveles de cohesión social, y menor criminalidad. Todos estos beneficios de la educación se han corroborado empíricamente.

… Me parece relevante la disposición de Chamangá a evaluarse y a evaluar sus actividades y valorar sus logros. No es fácil, los que hemos trabajado en la evaluación de políticas a través de evaluaciones de impacto, sabemos que las instituciones no gustan de ser evaluadas ni de autoevaluarse, porque un análisis independiente siempre implica un resultado incierto y riesgoso. Sin embargo, realizar evaluaciones rigurosas es necesario para verificar si se está en el camino adecuado o si es necesario realizar ajustes.

…Destaco también la transparencia en el trabajo. En la medida que vas leyendo, van surgiendo preguntas que se van respondiendo al avanzar en la lectura y en la lectura de los cuadros”.

Cecilia Zaffaroni: “me parece muy valioso que se haya generado una instancia como esta para presentar los resultados. En primer lugar, por la importancia que tienen el propósito y los objetivos de esta Fundación y la problemática que apunta a atender. Cuando se formó esta Fundación ya era un tema muy relevante el dar oportunidades a los jóvenes para poder continuar sus estudios, seguir su vocación. Si hace 20 años era importante, hoy es más importante todavía. Yo creo que todos de alguna manera somos conscientes de que brindar oportunidades para completar sus estudios a los jóvenes uruguayos es hoy un problema absolutamente crítico… Por más que se han hecho muchas cosas, se han tomado iniciativas, se han dado pasos, no parece que estemos encontrando un rumbo claro para salir efectivamente de esta situación. Aquí se juega el futuro, el presente de muchos de nuestros jóvenes hoy, y el futuro de todos como sociedad, por eso no podemos ser indiferentes a esta temática.

La Fundación Chamangá presenta el resultado de este trabajo. Constituye,  un paso muy oportuno para ponerlo con todas las fuerzas en la agenda y ver qué podemos sacar como aprendizajes de esta experiencia realizada para proyectarnos hacia el futuro.

Es muy importante visibilizar estas experiencias y valorar la sostenibilidad en el tiempo de la Fundación. Son experiencias en pequeña escala, pero no es nada menor que una organización de la sociedad civil haya podido mantener un trabajo como este a lo largo de 20 años. Esto nos habla de un esfuerzo y de un compromiso sostenido, que no es tan fácil de encontrar.

En tercer lugar, me parece destacable el que se realicen estudios como el que se está presentando hoy Marcelo. No siempre estamos muy inclinados a realizar este tipo de estudios porque nunca sabemos lo que nos va a dar. La decisión de hacerlo y de presentar la información públicamente, habla de la preocupación por evaluar con seriedad los impactos. Es absolutamente clave para poder aprender de la experiencia, realizar evaluaciones de impacto de la labor desarrollada.

Este estudio es bien relevante por el objetivo que se que se propuso, o sea, por lo que pretendía evaluar, por el rigor conceptual y metodológico con que está hecho, con un esfuerzo importante por controlar todos los factores que podrían afectar la comparabilidad de las muestras, hay un trabajo muy cuidado.

Sus conclusiones nos permiten constatar que un trabajo como el que viene desarrollando la Fundación se justifica no solamente por un sentido de justicia, de dar oportunidades a aquellos que la necesitan y que las merecen. Para quien lo quiera mirar desde una perspectiva de resultado económico, también se justifica, o sea, es una buena inversión.

Destaco la complementariedad del estudio cualitativo “Trayectorias de jóvenes vocacionales”-publicado en el 2016 -y este cuantitativo “Una beca para toda la vida”. El primero nos permite comprender la multi dimensionalidad de los factores en juego a la hora de dar continuidad a los estudios y seguir la vocación con sensibilidad social y el segundo aporta elementos que permiten constatar que el impacto final se logra. No solamente es otorgar una beca, hay todo un proceso de seguimiento, de acompañamiento, que lleva a que en estas dimensiones los becarios puedan desarrollar su potencialidad, sus capacidades y este es un factor explicativo muy relevante de que el resultado económico sea el que Marcelo nos muestra ahora.

Me surgen algunas preguntas: ¿si se trabajara no sólo con un sector tan rigurosamente seleccionado, con una población más amplia, se podría lograr este tipo de resultados? ¿Cómo podríamos generar las condiciones y capacidades, que se definen como el “perfil del becario Chamangá” por parte del sistema educativo en el proceso previo? Si lográramos que a nivel del proceso educativo este tipo de capacidades se fueran desarrollando en muchos de los jóvenes que tienen hoy dificultades para continuar con sus estudios, estaríamos creando la posibilidad de que luego la asignación de una beca genere mejores resultados. Y evitaríamos utilizar recursos públicos o privados para otorgar becas que después no se mantienen… de esta forma impediríamos la deserción del estudiante.

También plantea como gran desafío el generar un espacio donde se puedan intercambiar análisis de metodologías y resultados con otras experiencias que se estén realizando, o se hayan realizado en el país, tanto en el ámbito público como privado, con respecto a mecanismos de apoyo para completar estudios en función de los intereses de los jóvenes y de ampliar sus posibilidades de inserción laboral. Que nos permita aprender y encontrar caminos. Tal vez puede ser un poco utópico plantear esto en un momento en que es tan difícil romper chacras. Romper barreras y abrir ámbitos de construcción colectiva de alternativas y de caminos. Es por ahí que tenemos que tratar de avanzar para que, en definitiva, empecemos a salir de una discusión retórica. Hay una discusión conceptual en la cual parece difícil llegar a acuerdos. Comencemos a trabajar a partir del aprendizaje que nos dejan las experiencias concretas y cómo podemos mejorar el trabajo que estamos haciendo, cada uno en su ámbito. ¿Cómo capitalizar lo que ha realizado esta fundación y otros en términos de aprendizaje a partir de la experiencia para lograr mejoras?.”

Rodrigo Arocena: “Seguramente muchos sentimos hoy en el Paraninfo, la presencia de Anne Marie Sendic, ciudadana del mundo y entrañable amiga del Uruguay con cuyo corazón latía al unísono. Anne Marie, entre muchas otras cosas que hizo por este país y por su gente, puso en marcha esta fundación con su energía y con un aporte extremadamente generoso. Buscaba contribuir (era una docente de vocación y de experiencia)  a que el Uruguay avanzara en materia de educación terciaria, en el sentido más amplio.

Chamangá hace un aporte enorme con la gente que apoya, a la vista está. También hace un aporte sustantivo de otra forma: con la cantidad de gente que pone a trabajar de manera voluntaria, creando un clima, creando experiencias, creando identidad colectiva. Esa cosa a menudo escasa en el mundo de hoy. Todo eso no hace falta subrayarlo, pero no hay que olvidarlo. Destaco la contribución de la experiencia Chamangá a la educación en su conjunto. Como ha sido bien destacado en el estudio que nos reúne y en su comentario, es importantísima la comparación de las becas con los ingresos previsibles del becario. Volver a comprobar número más número, que es una buena inversión invertir en educación, siempre es importante y cuando se hace con cuidado, con rigor, convocando a los hechos y cuestionándolo si hace falta, es un gran aporte.

No menos importante es destacar, cómo surge con claridad del texto, que la beca Chamangá mejora realmente la formación a largo plazo y las perspectivas de trabajo de calidad de los becarios. Esta es una cuestión directamente vinculada con el avance de la educación en el país y muy especialmente con la generalización de la formación a nivel terciario.

Cómo se va a lograr, en un futuro no muy lejano, que todas las personas que quieran tengan la oportunidad de seguir aprendiendo siempre?  solo si se combina Formación con desempeño laboral creativo. Es bueno saber que las becas Chamangá hacen un aporte en este sentido.

Yo quisiera destacar que la experiencia misma de la Fundación es una mina de oro de enseñanzas para los múltiples problemas que tiene esta patriada de tratar de generalizar, de democratizar el acceso a la educación terciaria. Siempre en la educación terciaria hace falta algo que en las grandes instituciones es muy difícil de lograr: el seguimiento de cercanía de la gente. Más ahora luego de la Pandemia. Yo veo en la experiencia de Chamangá el valor está en ese seguimiento de cercanía de los becarios. Eso que a veces hace la diferencia entre irse para la casa en algún fracaso educativo o familiar o lo que sea y seguir allí. Eso es invalorable. Chamangá no involucra solo los que estudian, involucra a los voluntarios que quieren dar una mano con eso…  y que pull de experiencias que tiene la Fundación Chamangá, qué equipo.. qué acumulado tienen en estas décadas!

Destaco el respaldo al acceso a estudios terciarios de gente del interior rural.  Gente del interior rural que pueda acceder a la educación terciaria a cualquiera de sus modalidades, la Fundación Chamangá tiene allí cosas para aportar.

Ahora bien, cuál es el principal problema de la educación, aquí y en cualquier parte a nivel terciario, es lograr apoyar que los principales protagonistas de la educación, o sea, quienes aprenden, vayan construyendo una actitud que lo lleve adelante. ¿Cómo se define esa actitud? Se reconoce en el perfil Chamangá: actitud vocacional, actitud de luchador, ser capaz de seguir adelante socialmente, comprometido, autónomo, responsable. Si se logra eso, si se logra que la muchachada y la no muchachada también llegue a tener ese perfil, habrá mil y un problemas adicionales de la educación, pero lo más difícil ya está resuelto. ¿Por consiguiente, cómo se puede resumir todo esto? Y se puede decir que aquí tenemos una pequeña experiencia fecunda con aporte grande, Bravo, Chamangá.”

 

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